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Uno de estos es el uso de antiinflamatorios para el dolor muscular. Fármacos como el ibuprofeno son utilizados para minimizar los procesos antiinflamatorios del propio ejercicio. Sin embargo, puede resultar contraproducente. Reducen el dolor y los procesos inflamatorios propios del ejercicio, enmascarando sensaciones que nuestro cuerpo nos está manifestando. Quizá pueda disminuir la sensación fatiga pero no aceleran los procesos naturales de la recuperación; en unos días podemos caer en el sobreentrenamiento o peor aún en la fatiga crónica.
Una ley importante del fitness: no ocultes nunca el dolor. Es una advertencia de tu cuerpo, escúchalo y proporciónale descanso pero no lo acalles con fármacos.