Los 3 enemigos del corredor popular: flato, calambres y agujetas
Analizamos uno a uno los problemas más comunes que acosan sobre todo al runner principìante.
→ Agujetas
Tranquilo, es lo normal los primeros días. Tu cuerpo no está acostumbrado al esfuerzo y responde "quejándose del trato" con pequeñísimas roturas fibrilares, que por otra parte son imprescindibles para que el músculo crezca y mejore. ¿Tomar agua con azúcar? Es tan útil como tomarse un gin tonic... Mucho más práctico es tomarse una aspirina que por su efecto analgésico no remedia el mal pero sí aminora los síntomas. Un truco que te aliviará es terminar la ducha dándote agua fría por las piernas. Como verás en el plan, intercalamos muchos días de descanso. Respétalos, ya que son clave para que mejores, en ellos es cuando tu cuerpo realmente se adapta. Si piensas que mejorarás más rápido entrenando todos los días estás equivocado. Un dato de referencia para saber si te recuperas del esfuerzo del día anterior es el pulso por la mañana. Tómatelo sin levantarte de la cama. Si varía más del 10% de tu pulso habitual en reposo, es que tu cuerpo todavía tiene la paliza encima. No tiene que ver con las agujetas, pero facilitirá tu recuperación el no sobrecargar de trabajo al hígado. Intenta no tomar comidas con exceso de proteínas ni con mucha grasa.
→ Flato
Las causas del falto sigue siendo todavía un misterio. Puede deberse a una descordinación del diafragma al respirar por ir por encima de tu ritmo (es importante correr siempre en progresión, empezar despacio y acelerar poco a poco), por tomar bebidas gaseosas (evítalas si vas a correr en las siguientes horas), por tomar dulces antes de correr… ¿Solución? Baja el ritmo y presiona con la mano contraria a donde tienes el flato mientras levantas la otra y respira profundamente.
→ Calambres
Se producen por bajo nivel de potasio y/o magnesio por culpa de un exceso de calor, entrenamiento por encima de tus posibilidades o deshidratación. Tomar mucha fruta (especialmente plátanos) y bebidas isotónicas (que tienen estas sales) es una buena medida de prevención. De todas formas, trata de evitar las horas de mucho calor o humedad e hídratate durante todo el día. Te recomendamos tomar al menos 2 litros de agua al día y en verano más. Y hablando de deshidratación, usa siempre ropa transpirable. Seguro que ves gente entrenando con chubasqueros de plástico con la idea de que así sudan más y pierden peso antes. Eso sólo sirve para deshidratarte y acabar mareado ya que el peso que pierdes es solamente agua que recuperas en cuanto llegas a casa y bebes.