Entrenamiento de fuerza ¿por qué antes o después?

11.01.2023

Entrenar la fuerza antes o después del trabajo cardiovascular es una de las grandes dudas de un gran número de usuarios. En este artículo te damos algunas pistas para resolver tus dudas.

El entrenamiento de fuerza antes del trabajo aeróbico puede ayudarnos a entrenar el metabolismo de las grasas para ser capaces de aprovechar este sustrato como fuente energética durante la competición, sobre todo si se trata de una prueba de media o larga distancia. Esto se debe a que cuando trabajamos la fuerza el primer sustrato energético que utilizamos y consumimos es el glucógeno muscular.

Al comenzar el entrenamiento aeróbico y una vez agotadas las reservas de glucógeno, el organismo comenzará a utilizar las grasas como fuente energética para seguir rindiendo al nivel que esperamos.

Por otro lado, el entrenamiento de fuerza después del trabajo aeróbico puede hacer que el posterior trabajo se vea limitado, sobre todo si previamente hemos realizado un entrenamiento intenso.

Entrenamiento de fuerza ¿por que antes o después?

Sin embargo, si realizamos el entrenamiento de fuerza como complemento y para mejorar nuestras cualidades como deportistas debemos centrar nuestros esfuerzos en la carga aeróbica y disminuir la intensidad del trabajo de fuerza para asegurar una buena técnica y ejecución. En ese caso los ejercicios deben ir destinados a mejorar aspectos como el equilibrio dinámico, la fuerza elástico explosiva, la fuerza resistencia y la coordinación.

El trabajar bajo fatiga también puede ayudarnos a nivel competitivo, ya que como bien sabéis, durante una competición o prueba deportiva, vais a experimentar esa sensación de cansancio o cercana al agotamiento que se produce cuando rendimos a niveles competitivos y siempre resultará interesante entrenar en condiciones similares a las de la prueba. Recordad, todo, absolutamente todo se entrena: la alimentación, el descanso, incluso la forma de atarnos los cordones.

Otro consejo que debéis tener en cuenta, sobre todo si no sois deportistas profesionales, es que la diferencia de hacer la fuerza antes o después no es radicalmente significativa para vosotros. Algo lógico es distribuir la sesión de fuerza en función de vuestras prioridades o gustos deportivos.

Es decir, si te gusta más correr y es tu actividad principal, el trabajo de fuerza debe ser un complemento imprescindible pero será mejor realizarlo una vez hayas terminado tus sesiones de carrera, de ese modo tu rendimiento no decae y puedes adaptar el entrenamiento de fuerza a la capacidad física en la que te encuentras en ese momento.

Si por el contrario, lo que te gusta es el fitness y montas en bici o corres como complemento, la opción ideal es entrenar primero la fuerza y a continuación realizar el trabajo aeróbico.