Deporte para llegar a una madurez plena ¡sí se puede! y... se debe

18.05.2022

La experiencia es un grado y en el entrenamiento también. Desterramos los mitos que rondan sobre las limitaciones de las personas que van cumpliendo vueltas al sol

Todos conocemos a alguien que sobrepasa los 40, ronda los 50 y se mantiene en un estado de forma sensacional; sin embargo, seguro que también conocemos el caso de alguna persona más joven, de 25 o 30 años a la que parece que en cada cumpleaños le caen el doble.
No es un secreto para nadie los enormes beneficios que la actividad física instaurada como hábito en nuestra rutina diaria comporta a nuestra salud, independientemente de la edad. Vamos desterrando mitos y creencias limitantes sobre cómo las personas cuando nos hacemos mayores perdemos facultades. No vamos a negar lo evidente: envejecer es irremediable, pero cómo vivir ese proceso de envejecimiento puede distar mucho de que sea un camino doloroso lleno de penalidades o algo que nos sirva para enriquecernos física y emocionalmente.

Podríamos resumir en estas 4 pautas las claves para una "salud de hierro":
Alimentación sana y equilibrada
Actividad física diaria (moderada) o al menos de 3 a 5 días a la semana (intensa)
Descanso
Actitud positiva ante la vida (control del estrés, tensión...)
Nunca es tarde para comenzar a realizar ejercicio. Nada es perfecto y cada persona encuentra su momento de iniciarse en la actividad física o en hacerse consciente de la importancia de cuidarse. Empecemos desde donde estamos nos sitúa para afrontar la vida y la realidad de la manera más eficiente posible.

Prioriza y sal ganando. Si sabemos organizar nuestro entrenamiento y priorizar nuestros objetivos podremos encontrarnos igual de bien con 40, 50 o incluso 60 años. Todo es cuestión de ser constante, seguir ciertas pautas y sobre todo creérnoslo.

A partir de los 40 nuestro metabolismo se ralentiza y por lo tanto consume menos calorías. Por lo tanto debemos tener en cuenta esto para amoldar nuestra ingesta calórica diaria. Debemos optar por comer más proteína de origen vegetal y pescados no grasos. Los frutos secos serán tu aliado perfecto para el tentempié.

En cuanto a los entrenamientos: el trabajo de fuerza con sobrecargas implicando al sistema propioceptivo y actividades que estimulen el equilibrio, estático y dinámico, reforzarán las articulaciones y mantendrán los niveles de fuerza en un nivel óptimo, aportando gran estabilidad y control sobre cualquier actividad, mejorando notablemente la calidad de vida.

Si todavía estás escéptico, mira qué beneficios nos aporta el entrenamiento para vivir una madurez plena:
• Ayuda a conservar la fuerza muscular y la funcionalidad
Disminuye el dolor muscular y el articular
Controla el aumento de peso
Previene los problemas cardiovasculares, favoreciendo la correcta contracción del corazón y reduciendo el gasto cardíaco.
• Ayuda a controlar la presión arterial, manteniendo la misma en valores adecuados.
Aumenta la capacidad respiratoria y mejora la oxigenación de la sangre.
Mejora la velocidad de reacción, la agilidad y la coordinación.
Fortalece la actividad intelectual.
Mejora los niveles de colesterol.
Mejora del estado de ánimo: liberación de estrés, aumento de la autoestima y sensación de competencia.

RECUERDA: la experiencia es un grado. Tanto si llevas entrenando algún tiempo, como si has tomado la decisión de empezar a hacerlo ahora, tus años de experiencia por esta vida juegan a tu favor. Sírvete a placer en la exploración de tu cuerpo y conoce todos los recursos de los que dispones, mira todo lo que tu cuerpo hace por tí cada día y aprende a maximizar tu energía en cada momento. Lo más importante: