Cómo recuperarse más para entrenar más
Cuando se trata del rendimiento, el entrenamiento es la parte fácil. Para muchos, es más natural y es la parte en la que se comienza a sudar tras un día duro y mejorar más allá de donde se estaba la semana pasada. Con todo, tu potencial siempre va a estar limitado si no piensas en las 23 horas en las que no estás entrenando.
La carga alostática es la respuesta fisiológica colectiva al estrés que se acumula con el tiempo. En pocas palabras, es el desgaste del cuerpo por factores estresantes continuos, como la actividad física, la falta de sueño y la mala nutrición.
Cuando el cuerpo está expuesto al estrés, se liberan cortisol y adrenalina, hormonas del estrés que son beneficiosas en pequeñas dosis. Sin embargo, estar crónicamente estresado puede aumentar la carga alostática, disminuir el rendimiento, aumentar la fatiga y provocar lesiones.
¿De cuánto puedes recuperarte?
Tomarse el tiempo para recuperarse es vital para evitar los efectos negativos de un entrenamiento duro. Sin embargo, lo que necesitamos como individuos no es una ciencia que nos exacta para darnos una medida. Depende del nivel de tu condición física, edad e intensidad de entrenamiento, lo que influye en que la recuperación requiera de horas ¡o de varios días!
Entre las señales de que tu recuperación no es óptima pueden incluirse:
- Una disminución del rendimiento durante un período de 7–10 días.
- Aumento en reposo de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la VFC.
- Fluctuaciones en el peso corporal.
- Sueño pobre y agitado.
- Motivación reducida para cumplir con el plan establecido.
Reconocer las señales de advertencia de una recuperación deficiente es esencial para rendir al máximo durante el mayor tiempo posible y mantenerse libre de lesiones. Es por eso que las horas fuera del gimnasio, las otras 23, son tan esenciales para la longevidad.